martes, 7 de junio de 2011

LOS LIBROS: CALMA Y QUIETUD




Los museos, las papelerías, la contemplación del horizonte en un amanecer,  la mirada sonriente de Pepi,  la risa espontánea de Roberto y David, el sol, las ventanas abiertas al aire de levante en un día de verano, un buen paseo en bicicleta por el paseo marítimo de Málaga. Son cosas que me producen calma y sosiego.

Pero de todas las cosas son los libros los que me producen mayor placer, tocarlos cuando los estoy leyendo, me tranquiliza. Los libros que leo, los libros en las estanterías que ofrecen su olor característico y su geometría perfecta, ofreciéndose como motivos de conocimiento, de conversación o de placer, los libros en las bibliotecas, esos libros ya leídos que han conversado con tanta gente que se han intercambiado vivencias entre libro y lector, los libros que maravilla. Ayer visité la Feria del Libro de Málaga. Desde la altura de la caseta de taller del encuadernación en el que participé hace varios años, cerca de la fuente de las tres gracias, la imagen era la de una fila de hormigas en torno a las casetas –este año menos que otros- en las que está expuesto las últimas novedades, colecciones, facsímiles, etc. En todo caso envueltos por el sol y la sombra de los árboles del Parque ante miradas impasibles o entusiastas de la gente que va a comprar o que va a ver, simplemente, buscando libros que compran o que tan solo ojean. Debería conversarse más de su contenido y no del soporte físico en el que pueden adquirir. Llegará un momento en que convivan varias formas de libros, pero las sensaciones físicas de un libro impreso no lo aporta el libro digital, aunque en diversas circunstancias el tenerlos digitalmente almacenados contribuye al ahorro de espacio y facilita su accesibilidad. Están condenados a entenderse. Lo que espero que no cambie nunca es la impresión que deja el libro en la persona que lo lee: el estar hablando reposadamente con un interlocutor que o sabe más o lo está diciendo de modo que alimenta tu propio intelecto, tu capacidad para conversar o tu ansia de conocimiento. En mi caso, un libro siempre, o varios libros: cuando viajo, en la casa, en el baño, en la mesita de noche. Mi premisa: leer para seguir viviendo. Algunos sabios dicen que leer es bueno para la salud. En todo los casos. Siempre sirve para mirar desde otra perspectiva  sobre lo que nos parece que sabemos. 

1 comentario:

  1. Suscribo tu opinión: los libros forman parte de mi vida, pero deseo pedir a los Reyes un e-book.
    No quiero quedarme al margen, y dejaré mi bibloteca como museo de cosas raras. Tardará, pero llegará.

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