Por la ventana la nada oscura. El amplio aliento de la negra y vacía noche en la que mis sueños se confunden con la impávida realidad. Desde mi habitación y mirando hacia el cielo, las estrellas me parecen los puntos brillantes con que te decorabas tu piel en los días de fiesta. Imprevistos sollozos irrumpen el crepitar de la luz cegadora de tu mirada. De nuevo estabas ahí mirándome incorpórea. Con los ojos dormidos en el recuerdo y tu cabeza llena de nostalgias. Estoy unido a tu recuerdo como la flor a su perfume o la lluvia a las nubes. Nunca sabré si duermes o callas, si callas o silencias, si sueñas o enmudeces. Cabalgando en mis pensamientos dolorosamente silenciados. Acribillan frondosos mis sentidos. Agujerean con sutileza mis entrañas. Sigues ahí, extasiada con los ojos adormecidos hacia mi memoria, hacia mi recuerdo certero, hacia la nada, la nada oscura.
