domingo, 19 de junio de 2011

LA CULTURA DEL "SIN ESFUERZO"


De un tiempo a esta parte estamos atravesando en este país una verdadera crisis de valores, sin temor a mostrarme agorero, es todavía más profunda que la crisis económica, porque esta se está implantando en el ADN de nuestra población.

En concreto me quiero referir a uno de los valores cada vez más en desuso, el valor del esfuerzo. Contrariamente a como nos intentaron educar nuestros padres – siempre con menos recursos de todo tipo, que los que ahora nosotros poseemos-, los que ya nos acercamos inexorablemente a los 50 el esfuerzo era un valor fundamental para la consecución y obtención de los objetivos a largo plazo.
En estos tiempos se ha extendido entre nosotros la cultura del “sin esfuerzo”. No hay duda que ha influido mucho de un lado la pintoresca forma de entender del carácter español, que concede a la forma de vivir y de ver las cosas. Y otra la situación de mejora económica y por ende bonanza “vacas gordas” que hemos gozado en este país, sobre todo desde la entrada en la Comunidad Europea. Debido al aumento de puestos de trabajo ofertados -desde hace veinte años a la actualidad-, a los jóvenes por esta época no se le ha exigido seriamente la continuidad de sus estudios, a esforzarse por conseguir una buena formación, se conseguía dinero fácil, dejaban los estudios y tomaban un trabajo donde conseguían dinero con el cual obtener los premios instantáneos: coches, pisos, viajes, etc. Todo a base de dinero prestado también fácilmente y sin esfuerzo.
Los tiempos de las “vacas flacas”  han llegado, el dinero no se consigue tan fácilmente, no hay trabajo para todos, el que no ha estudiado no tiene formación, nos hemos acostumbrado a obtenerlo tan fácilmente que nos está costando recuperarnos, ¿Por qué? Simple y llanamente, no nos esforzamos lo suficiente. Sálvese quien pueda. Además de todo esto los políticos, los medios de comunicación, no contribuyen a remediarlo.
Si, la mediocridad vive a sus anchas en nuestra sociedad. Los políticos porque son incapaces de ver el problema en su conjunto, -más preocupados por mantenerse en sus cargos que en resolverlos -. En definitiva el problema está primordialmente en la educación. Hasta que en este país, gobierne quien gobierne, no se invierta sensatamente en educación, diseñando unos planes educativos serios y rigurosos, tenderemos a seguir siendo los últimos del primer mundo. En una sociedad avanzada, educada y bien formada un cambio de esas características en el modelo de desarrollo –como pide el gobierno- llevaría años. En España donde no se cumple ninguna de esas premisas el cambio nos llegaría a muy largo plazo.
Y los medios de comunicación en especial las televisiones nos muestran de forma fehaciente la inmediatez en la consecución del dinero fácil, aquí todo vale, desde poner a parir a tu anterior pareja hasta poner como moneda de discusión un hijo del matrimonio. Damos el título de “princesas del pueblo”  a personas que no saben expresarse y que presumen de forma descarada de no haber leído un libro en su vida. Algunas televisiones una más que otras nos aborregan intencionadamente hacia su posición ideológica, o su amoralidad más deprimente con programas de la talla de Gran Hermano, casi quince años en programación, “realitys shows” en todos los canales y los fines de semana tertulias amarillas, es desesperante e inadmisible.
Ante esta tesitura, los padres y educadores tenemos mucho qué decir y qué hacer. Estamos en la obligación que convencer a niños y adolescentes lo importante que es conseguir algo con esfuerzo y dedicación, lo importante que es esto para nuestra formación como personas. Que el adolescente buen estudiante sea valorado en la misma medida que lo pueda ser el buen deportista,  el buen actor, etc. La lucha contra el conformismo es otro pilar importante, no tiene el mismo valor conseguir un notable que un simple aprobado. Cuando otros países –nórdicos principalmente- siguen intentando alcanzar la excelencia en la educación aquí nos conformamos con hacer pasar a alumnos a otro curso con varios suspensos, ¿Qué ejemplo es ese? Qué ejemplo de lucha y entrega le estamos mostrando a nuestros menores.
En definitiva, jóvenes deportistas triunfadores de la camada de la selección española de futbol, Rafael Nadal, Marc Gasol, Fernando Alonso, etc. nos deben servir de ejemplo de superación personal a base de esfuerzo,  aunque estos otros Mariano Barbacid, Eduard Punset, Federico Mayor Zaragoza, Ana María Matute y muchos más, también pueden ser ejemplos válidos, y sin ser deportistas son los mejores científicos, diplomáticos, escritores, etc, que han conseguido estar donde están a base del esfuerzo también diario. Por tanto en la formación académica que cada joven elija para su futuro, podrán conseguir como ellos lo que se propongan a base de esta receta. Este debe ser la esencia del mensaje que debemos intentar transmitir a nuestros menores. Nos queda un dificultoso camino a los adultos en esta tarea pero en mi opinión nada que se consiga sin esfuerzo tiene demasiado valor.

3 comentarios:

  1. Genial el artículo, todos deberíamos de tener las ideas tan claras como tú.

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  2. Pepe.
    Me he detenido en tu blog y ha sido agradable leerlo.
    Desde hoy será un placer seguirte.
    Un saludo.
    Escribir ayuda a vivir.

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  3. La clave está, como bien dices, en los métodos de enseñanza.
    Debe ser muy difícil reunir a un grupo de intelectuales (catedráticos de todas las materias escolares, sociólogos, psicólogos, padres, etc.) y consensuar un Plan Nacional de Enseñanza Unificada para todos los españoles, independientemente del lugar de nacimiento.

    (Aseveración y pregunta, todo al mismo tiempo)

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