Va a ser una madrugada muy larga, hijo, mientras tú no piensas ni un solo momento en mí. Yo intentaré no pensar demasiado en ti. Voy a distraer mi cerebro de todo ese bodrio que vomitan las televisiones.
Está todo planeado:
Para empezar y después de haber descabezado el sueño un par de horas, acumularé provisiones en la mesa del salón: una buena infusión de hierbas del Mercadona, unas galletas Príncipe para la frustración y unas pepitas de girasol para el desasosiego.