miércoles, 10 de septiembre de 2014

CAPERUCIENTA ROJA

Había una vez una joven muy bella que no tenía padres sino madrastra, una encantadora viuda con sus dos hijas la cual más fea aunque muy hacendosas y poco dadas al chismorreo.
Un día su madrastra mandó a Caperucienta a que llevase unos pasteles a la casa de su abuelastra que vivía al otro lado del bosque, recomendándole que tuviera cuidado pues había gente poco recomendable por allá.
La joven tenía que atravesar el bosque para llegar a su destino, pero no le daba miedo porque allí siempre se encontraba con muchos amigos: los pájaros, las ardillas, okupas, gente de botellón...

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...